En la Antigüedad, los deportistas la consideraban como una planta milagrosa porque se le atribuían muchas propiedades culinarias y medicinales, incluso el poder de estimular la fuerza y la longevidad.
Los atletas masticaban semillas de hinojo. Los egipcios y los chinos utilizaban el hinojo en los tratamientos oculares.
También se dice que el hinojo es el símbolo del rejuvenecimiento. Considerado como diurético y galactagogo, el hinojo servía como digestivo tras los pantagruélicos ágapes de la Roma antigua. Simbolizaba la fecundidad, el rejuvenecimiento espiritual, el halago y el éxito material, si hablamos de las celebraciones de Adonis.
Parece ser que los tallos del hinojo servían de modelo para las columnas dóricas de los templos griegos. En la Edad Media, se le atribuía el poder de luchar contra la magia negra y los malos espíritus. Desde siempre, las parteras utilizan el hinojo en todas sus formas por sus propiedades galactógenas, espasmolíticas y digestivas.